Gabriel Wolf estrenó un espectáculo a modo de sentido y merecido homenaje para el gran actor rioplatense Alejandro Urdapilleta.
Alejandro “Urda” Urdapilleta, nació en Uruguay, desarrolló toda su carrera en Argentina como actor y escritor logrando el reconocimiento como el cariño del público en teatro, cine y televisión. La obra se destaca por las divertidas actuaciones de Julieta Bossio, Eric Calzado, Pablo Palavecino y Rosario Zubeldía quienes sostienen durante poco más de setenta minutos ese modo rioplatense de actuar del cual Alejandro Urdapilleta fue un referente.
Ese particular estilo de actuación que podríamos llamar grotesco queer, tomó un impulso muy fuerte en la década del ’80 con el regreso de la democracia, en los cafes-concerts, las varietés y los espacios culturales underground. Antonio Gasalla, Norma Pons y Carlos Perciavalle fueron referentes de esta forma de actuación que trascendió los escenarios ganando lugares para el humor en las pantallas y la cultura de masas.
Este estilo de actuación caracterizado por el vociforeo puede disfrutarse en todo su esplendor en “Los ojos de Alejandro”. Los movimientos eufóricos, la pronunciada articulación de las palabras, los exagerados gestos nerviosos, los acentos en algunas vocales y en la letra erre hacen de este estilo de humor enloquecido algo provocador y entrañable al mismo tiempo. Este grotesco queer tal vez sea la piedra filosofal de las artes escénicas argentinas.
El espectáculo se presenta en el Centro Cultural Ricardo Rojas los sábados a las tres y media de la tarde en la ciudad de Buenos Aires. Tal vez no es el mejor horario para la producción de esta obra, tan cómplice de las veladas noctámbulas. El vestuario de colores saturados y la escenografía de cumpleaños parecen proponer una puesta en escena para el público familiar. Pero el vuelo poético del texto podría dejar afuera a las familias que buscan entretenimiento para los chicos en las temporadas teatrales de las vacaciones de invierno.
La dramaturgia de Facundo Zilberberg es una excelente versión teatral del libro “Vagones transportan humo” de Alejandro Urdapilleta. El texto no responde ni a las demandas de coherencia ni de un “cuentito” con principio, desarrollo y fin del realismo capitalista. En este sentido Zilberberg realizó un trabajo muy sensible al componer una pieza con poesía, narrativa y literatura dramática para mostrar como cuatro personajes pasan de una situación de velorio, a un cumpleaños gracias a una paloma que ingresa a un departamento del barrio de Once.
“Los ojos de Alejandro” es una propuesta ideal para los amantes de ese teatro que se sostiene a partir de la potencia de las actuaciones, ese estilo tan rioplatense que algunos foráneos lo quisieron etiquetar como dramaturgia actoral. Se trata de una actuación incapturable, muy cercana a la locura y difícil de describir. Quienes hayan disfrutado los personajes de Alejandro Urdapilleta y seguido su obra seguramente recordarán cuando en una ocasión Alejandro Urdapilleta declaró para la prensa sobre lo que aprendió de su personal y entrañable exuberancia:
aprendí la banda de canallas que son los psiquiatras y los psicólogos. Son la policía del alma: pretenden encajar a todos en un modelo de vida y censuran la poesía. La locura también puede ser lúcida, puede resultar el camino de conocimiento de una persona.
Sábados 15.30 hs
Av. Corrientes 2038, CABA.
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Alan Robinson nació en 1977, en Buenos Aires, Argentina. Egresó como licenciado y profesor de arte dramático. Publicó novela, dramaturgia y ensayos. Enseña literatura, psicología social y finanzas.