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Argentina

La medicina.

La puesta es escena que hizo Norman Briski sobre su texto es original y ocurrente. El problema para escribir sobre esta obra es que a los actores y actrices que están en escena no se les escucha y además cuando levantan un poco el volumen de sus voces por momentos no se les entiende lo que dicen. Entonces, todo lo que pueda escribirse acerca de este espectáculo está atravesado por ese problema que tal vez sucedió por cuestiones del infortunio solamente en la función del Sábado 28 de Octubre de 2023, en el Teatro Calibán.

La puesta en escena no guarda mucha relación con el texto por eso parece una ocurrencia bien realizada, es decir que se luce con inteligencia escenográfica. Briski tiene un gusto muy personal por la ingeniería de la puesta en escena. En la última puesta que se dirigió de “Potestad” desplegaba un movimiento mecánico de toda la parrilla de luces, que bajaba hasta la altura de la cabeza de la actriz en un intento de incoporar los artificios mecanicos del teatro a la magia de su estética.

Al entrar a la sala vemos que en el piso hay un pasillo subterráneo de unos dos metros de profundidad en el cual hay dos actores. La primera sensación es de alerta. Las plateas son dos gradas a cada lado de este pasillo subterráneo. Éstas gradas tienen una pendiente pronunciada por lo cual hay que trepar con cuidado para no caerse ni tropezarse. Las personas con movilidad reducida tienen que pedir accesibilidad para poder ver el espectáculo.

La primera impresión es la de estar entrado a otro mundo, en el cual los personajes hablan en el volumen que precisan hablar sin importar que sus espectadores les escuchen. Esto perjudica a la composición del ritmo de la obra, haciéndose muy difícil de seguir el prometedor argumento del resumen de prensa. Por momentos se pueden escuchar algunas frases sueltas que dan indicios que el texto tiene algunas características entre lo filosófico, lo político y lo humorístico. Podemos suponer que hay algo que el autor quiere decir con ese texto sobre la medicina, que promete en redes sociales abordar el tema con su inteligente humor que se agradece siempre.

La curiosidad y motivación central justamente era ver que decía de “La medicina” el autor del texto en su puesta en escena. En algunas frases sueltas alcanzamos a escuchar “somos una maquina deseante” o algo así. Algunas imágenes de la obra pueden quedar grabadas en la memoria de sus espectadores, como cuando sucede una escena entre lo carnavalesco y la sátira en la cual los personajes usan máscaras. Hacia el final, la puesta en escena se vuelve expulsiva en el diseño sonoro. Hay un sonido agudo, que hace imposible la posibilidad de quedarse en el teatro para ver el final del espectáculo. Luego del final, en el momento del saludo, actores y actrices aplauden al público.

“La Medicina: Tomo I” puede verse los Sábados a las 20 hs. en Mexico 1428. Las entradas se pueden comprar en el teatro o en este enlace.

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