Silvina Lupión Avivar publicó “Condena de la memoria” una novela histórica sobre la desaparición forzada en democracia de la doctora Cecilia Giubileo, a partir de sus denuncias de malas practicas médicas, abusos y torturas en la Colonia Psiquiátrica Monovalente Montes de Oca.
Tu primer novela “Psiquiátrica” trata acerca de todo lo que pierde una mujer en una internación involuntaria, ¿Qué tienen en común con “Condena de la memoria” y en que se diferencian?
“Psiquiátrica” es una novela con tintes de crónica testimonial, donde yo cuento en el formato de novela mi paso por una institución de salud mental. Y en cuanto a “Condena de la memoria” vi en el personaje de la doctora Cecilia Jubileo, en la persona de ella, la otra postura. En una novela, soy la paciente y en la otra soy la doctora. Represento a la doctora. Ambas novelas tienen en común que me gusta mucho trabajar con lo que se llama silencio cómplice, que es ese silencio que todo el mundo calla cuando es consciente de que está sucediendo algo que no está bien. En este caso, la vulneración de los derechos de los pacientes, el maltrato, la ausencia que hay en el cuidado, el respeto por el paciente. He encontrado la figura de Cecilia Giubileo para representar la ruptura de ese silencio y haber escuchado un montón de denuncias que los pacientes que estaban en condiciones de poder hablar, de poder expresarse sin algún tipo de dificultad, podrían haber denunciado a eso hoy.
Fue como vivir el mundo de la psiquiatría desde los dos ángulos. Uno como paciente, lo que sufre, lo que padece, lo que observa. Bueno, lo que vive durante una internación involuntaria. y por otro lado con “Condena de la memoria” me coloqué desde el otro lugar, desde el lugar del médico psiquiatra. Cecilia tiene una historia sumamente importante y lo que deseé es traerla de vuelta a la memoria de los argentinos.
Y con respecto a los otros personajes, ya sean los enfermeros, los pacientes que podían hablar con ella, estuvo mi propia imaginación. También te diría que recordar a mis compañeros de asilo. Ahí juega un poco la imaginación y ponerse en el personaje que ya te digo, no me costó nada pero no lo digo desde un lugar soberbio, sino todo lo contrario es como que sentí la empatía en cuanto a esto del no callarse. A veces decir las cosas genera problemas pero bueno me tomarán bronca, no le gustará lo que digo, pero bueno, cuando algo está mal, yo siempre digo que la verdad, no se puede ocultar por mucho tiempo.
Para mí fue como un proceso, la investigación me llevó un tiempito, pero escribir sobre ella fue una explosión. Es como que, no sé si ella se posesionó de mí, yo me posesioné de ella, suena súper loco lo que te estoy contando, pero es así, es tal cual, por eso yo le tengo un amor a esta novela, le tengo un amor a ella… Me gustaría en algún momento, aunque pasaron muchos años, conocer a alguien que la haya conocido, o sea, ella hoy día tendría ochenta y pico de años, sus padres no están, pero bueno, alguien, un vecino, alguien, alguna persona que pueda decirle, “mira, yo me acuerdo de ella, hice una novela en honor a ella” y bueno pacientes tampoco quedan la verdad que eso es frustrante porque me encantaría me encantaría poder regalarle la novela y decirle acá está esta es la historia de tu vecina, de tu amiga pasaron muchos años ella tenía 39 años cuando desapareció y no sé, yo creo que su historia es meritoria de una novela, es meritoria de mucho más también pero bueno, con los recursos que tengo como escritora trato sacar a la luz a una persona que estuvo oculta en las sombras, estuvo olvidada, que eso es lo que más bronca me da. Gente de mi edad puede llegar a recordarla pero hay mucha gente joven que no sabe de ella y lo que provocó su desaparición
¿Cómo llegaste al titulo de esta novela histórica?
“Condena de la memoria” es precisamente eso. Condenaron la memoria de Cecilia Jubileo al olvido. Por ser una persona que no se cayó, que denunció, que se cansó de denunciar. Y nuevamente ahí aparece el silencio cómplice, ¿no? Donde ella cada vez que denunciaba, cada vez que observaba que no estaban funcionando bien las cosas dentro de la Colonia Psiquiátrica Montes de Oca, era silenciada, era callada, era reprimida, era amenazada inclusive. Y su capacidad de decir las cosas, la veo como una fortaleza inmensa que ella tuvo, una fortaleza tan grande que lamentablemente el sistema no la permitió, la hicieron desaparecer y además condenaron su memoria al olvido. Lo digo y se me pone la piel de gallina porque luego de su desaparición se descubrieron muchas cosas.
Durante el periodo de dictadura Cecilia con su esposo se tuvieron que exiliar. Se fueron a España. Ella era una activista de corazón. Tenía una gran convicción de lo que era la libertad, la justicia por los derechos. Tenía bien claro que las personas somos sujetos de derechos. lamentablemente cuando se aplaca todo esto cuando logramos llegar a la democracia ella trata de bueno, trata no trabaja para las personas más vulnerables y fue acá donde encontró el fin de sus días.
Cecilia desaparece el 16 de junio de 1985. Este año se cumplirían 40 años de su desaparición. La verdad que sería meritorio poder tener los medios para poder hacer algo importante con su novela. fue un caso que tuvo muchísima repercusión porque como te digo desapareció en un estado de democracia y lamentablemente lo que se descubrió con su desaparición fueron casos tremendamente abusivos aparecieron aparecieron personas desaparecidas en la dictadura lógicamente muertas se destapó una olla muy estaba muy bajo presión esa olla tenía que explotar lamentablemente pagó ella pero a veces pienso que
Lo que yo valoro ampliamente de esta persona, de esta mujer, es que a pesar de ser mujer, a pesar de que tuviera un título, que tuviera un lugar de poder, entre comillas, fue muy maltratada, fue muy vulnerada pero ella tuvo la fuerza y la resistencia para no bajar nunca los brazos. Cuando conversa con familiares y amistades le dicen “andate de ahí, andate de ahí porque ya sabemos cómo terminás”. Pero ella siguió ahí porque estaba convencida que los derechos de los pacientes, los derechos de las personas tenían que ser respetados y estaba en contra de todo, de todo lo que estaba mal ahí adentro y lamentablemente con su desaparición eso se pierde.
Para mí Cecilia fue una persona de de una fortaleza inmensa y me genera gran orgullo poder escribir sobre ella, sobre su historia y es mi satisfacción haber podido lograr una novela sobre todo lo que ella vivió, porque yo creo que su paso por el mundo no fue en vano y de hecho no fue la mejor forma de salir pero creo que uno no tiene que cerrar la boca ante los aprietes, ante lo que está mal, ante las aberraciones o todo lo que se quiere arreglar con un fajo de dinero.
Hoy día lo seguimos padeciendo todo esto, por esto para mí prevalece el valor de ella, el valor de una persona con ideales muy fuertes que son los ideales que tendríamos que tener todos por los derechos de las personas, por nuestros derechos que tanto en aquel momento como ahora son vulnerados y hay tantos derechos que están escritos y no se cumplen porque eso a mi me genera muchísima, muchísima indignación por eso también te comentaba en algún momento que yo me sentí parte de ella en cuanto a esto, en cuanto a la lucha por los derechos humanos que tenemos cada uno de nosotros tengamos la convicción política que tengamos. Somos personas, más allá de lo que pensemos, más allá de lo que sintamos. Las personas somos personas, tenemos derechos y tenemos obligaciones, por supuesto. Con el derecho viene la obligación. Me encantaría que todo el mundo comprenda esto, volviendo al silencio cómplice. Ella no fue cómplice de ese silencio y lo pagó con su desaparición.
Caracterizas a la Doctora Gubileo como una mujer desaparecida en democracia, ¿Por qué crees que hubo tanto sensacionalismo periodístico alrededor de su desaparición?
Yo creo que la repercusión periodística y el sensacionalismo tuvo que ver en aquel momento con los horrores descubiertos. los investigadores se encontraron con con personas en completo estado de abandono te diría hasta de indigencia total personas sobre medicadas personas al borde de la muerte con un descuido total, completo Cecilia vio todo esto y le callaron la boca, literalmente le cerraron la boca eh eh
Fue increíblemente avasallante todo lo que se encontró y lo que se descubrió desde la venta de órganos, desde la venta de criaturas, como fue en la dictadura. Utilizaban a los mismos enfermos para procrear y luego quitarles a esos bebés para ser vendidos. O sea, es como que ese sector, el Montes de Oca, jamás se enteró que estábamos en democracia. y fueron atrocidades muy, muy serias las que se llevaron a cabo dentro de esa colonia
La Colonia Psiquiátrica Montes de Oca, que hoy se considera un hospital monovalente funcionaba como un depósito de personas. Incluso se encontraron horrores, como se descubrió el tráfico de órganos de las personas más vulnerables que pueda existir. Se encontraron crímenes de lesa humanidad fue algo muy, muy doloroso, fue un hecho desgarrador. Yo era chica pero podía entender perfectamente de qué hablaban en los noticieros la búsqueda incesante de Cecilia, estaban todos los noticieros, era imposible no conmoverse con las cosas que iban encontrando día a día.
Fue muy fuerte que en un estado de derecho y la democracia superando los horrores de la dictadura que aun estaban a flor de piel, escuchar todas estas noticias. Las imagenes del horror de la Colonia psiquiátrica también se podían ver porque las cámaras entraban a filmar, fotografiar, registrar, o sea, eran imágenes muy sensibles, muy fuertes que eran dignas de, no sé si llamarlas sensacionalismo, pero que realmente impactaban a las personas, fue muy impactante el caso, fue muy impactante, de hecho yo te vuelvo a repetir, yo era chica y no sé qué edad tendría siete años, y en aquel momento tampoco existían las redes, existía todo esto que hace que las criaturas sean un poco mas avispadas que los que ya estamos m cerca de los 50.
Me imagino o sea el impacto que provocó en mi con siete años de edad, lo que generó en los adultos que habían vivido la represión, la dictadura, yo creo que eso movilizó muchísimo los corazones de los argentinos y que la historia de ella haya quedado en el olvido, haya sido condenada al olvido, la verdad me duele mucho y por eso publico esta novela porque creo que tiene que ser recordada, tiene que ser reivindicada. Cecilia cumplió sin querer un rol fundamental para que salieran a la luz un montón de injusticias graves, porque toda injusticia es grave pero en este caso han jugado con muchas personas han hecho estragos, han hecho desastres en cuanto al trato de los pacientes apilados, amuchados en las habitaciones y en un estado deplorable, ya sea ediliciamente, rodeados de las heces que ellos mismos producían, o sea, una falta de conciencia, una falta de empatía, de amor por la profesión. No existía eso, no existía el respeto hacia la dignidad del paciente y la verdad que es intolerante, es intolerable pensarlo. Si es intolerable ahora, imaginate hace 40 años atrás, donde no había demasiada información y cuando pasaban estas cosas realmente movilizaba muchísimo.
¿Cómo es escribir una ficción, a partir de hechos que sucedieron y personas que existieron?
Bueno, escribir una novela de ficción a partir de hechos reales, en este caso no me costó nada porque me puse en la piel de ella, me puse en su piel. Y…Me coloqué como protagonista, si se quiere decir de algún modo, porque sentí, hice una investigación, estudié, chequé datos y cada vez era más fuerte el deseo de escribir sobre ella. me parece que fue una persona que como que citó un ícono, no sé si estoy exagerando, pero realmente todo lo que movilizó la desaparición de Cecilia fue realmente avasallador.
Por momentos sentía, y esto lo digo de verdad, que ella me dictaba lo que tenía que escribir. Y el que quiera pensar que estoy loca que lo piense y el que no, bueno, que se ría. pero te juro que había momentos en que le tenía que decir “por favor dejame dormir” suena a loca suena a locura delirante pero bueno es tal cual. Lo que te digo es como que era un diálogo como que tenía diálogos con ella, donde me dictaba y yo por momentos me encontraba escribiendo. Arrancaba a las 4 de la tarde, terminaba a las 5 de la mañana y decía “Cecilia por favor dejame dormir un ratito y después seguimos” Ya se, es una locura total pero bueno estoy feliz con la novela y amo como quedó. La admiro mucho a ella y para mi es rendirle un tributo, un homenaje. No encuentro la palabra pero es una historia digna para que se conozca Gracias
¿Qué sectores crees que fueron responsables de su desaparición?
El sector político sin duda, desde los personajes y los actores más altos en la línea del poder hasta los más ínfimos, los más pequeños, un comisario que tapó todo, un enjambre corrupto de personas que jamás entendieron que se vivía en democracia. Sostuvieron una dictadura dentro de esas cuatro paredes que encerraron el misterio de la desaparición de Cecilia Giubileo. El caso fue tratado como se pudo y como se quiso, en verdad, porque la podrían haber encontrado. Pero también hubo muchísimas distracciones, muchísimas incongruencias, se plantearon cosas nefastas sobre su vida privada, sobre su vida sexual. De hecho la caratula se tomó como abandono de cargo cuando se hace la denuncia que fue tres días después de su desaparición.
Fue un caso muy mal llevado adelante. También comprendo que el pueblo jamás hubiera imaginado las terribles atrocidades que encontraron a través de esta búsqueda. Yo creo que también esto tiene que ver con el impacto que tuvo en la sociedad. Ese lugar era un lugar ajeno a la democracia, donde no se podía encontrar un dejo de justicia por parte de nadie y la corrupción estuvo presente en todos y en cada uno de los eslabones de la política que tendría que haber funcionado de un mejor modo para encontrar a Cecilia.
Estoy a favor de la vida, de la vida que tenemos y de la vida que queremos tener. Pero también entiendo que esto no le conviene a nadie, no le conviene a nadie que seamos personas que vivan bien, tranquilas, que seamos libres porque nos silencian, de una forma u otra nos silencian, para que estemos calladitos, dormiditos, y esto me parece una atrocidad también. una forma de cerrarle la boca al pueblo donde nadie puede expresarse, me parece que es algo avasallante.
¿Por qué nos tienen que callar la boca cuando estamos pidiendo lo que se nos fue otorgado por derecho? En este tipo de gobierno, de política, dejemos del gobierno a un lado, durante todos estos años lo que se buscó son personas vulnerables, personas que se pueda arreglar con un cachito de plata para que se callen la boca, para que no agiten, para que no dan lío, para que no pidan. Con las personas más vulneradas también de la sociedad, nos mantienen a través del miedo, les encanta generar miedo en las personas y veo que hay muchas personas, con miedo de salir a la calle, ¿por qué tenés que tener miedo a la calle? Y bueno, porque me roban el celular y me matan. Sí, es tremendo, es tremenda la Argentina en la que estamos viviendo, pero yo creo que hay todo un contexto donde nosotros somos muy pequeñitos al que le conviene que esto seas una persona con miedo que se calla la boca. Una persona con miedo no avanza, no crece, no emite palabra, no se mete aunque vea que las cosas están mal por miedo a su propia vida. Y me parece que eso es una… encuentro la palabra. Es una forma indirecta de seguir manteniéndonos en una especie de dictadura donde no podés hablar más de lo que deberías hablar porque hay un montón de casos vigentes hoy día, casos de ayer, casos de la semana pasada donde a algunos se les ocurrió decir la verdad y a los días se pareció muerto.
Es algo terrible lo que estamos viviendo, pero yo sigo sosteniendo que no hay que hacer silencio, hay que hablar, hay que denunciar. Y bueno, es lo que debemos, es la obligación también que tenemos con nuestros pares, con nuestro país, con nuestro pueblo. No podemos callarnos la boca ante una situación delictiva, por ejemplo, porque no estaríamos pensando en nosotros mismos, en lo que nos pudiera ocurrir y no estamos poniéndonos en el lugar de esa persona que está en ese momento sufriendo un hecho, un delito, un abuso. Me parece que es lo que se busca mundialmente, creo yo, porque fíjate que hay un montón de casos actuales y no tan actuales donde el que osó con abrir la boca y denunciar no terminó bien. Me parece que eso es aberrante.
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Alan Robinson nació en 1977, en Buenos Aires, Argentina. Egresó como licenciado y profesor de arte dramático. Publicó novela, dramaturgia y ensayos. Enseña literatura, psicología social y finanzas.