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Argentina

“El Método Tangalanga”, reseña.

La película argentina está inspirada en el fenómeno de las bromas telefónicas del famoso personaje Dr. Tangalanga cuyos casettes se popularizaron en las décadas del ’80 y ’90, mucho tiempo antes de las redes sociales, los celulares y la internet

Julio De Rissio, fue el creador del personaje que llamaba por teléfono para hacer bromas en las que hacía enojar a su interlocutor a menudo con el uso de lenguaje callejero, groserías e insultos.

La historia sucede en 1962 cuando la vida de Jorge Rizzi, un tímido empleado corporativo, da un giro luego de que participa en una sesión de hipnosis que lo libera de sus inhibiciones. Esta experiencia saca a la luz a su álter ego desenfrenado y seductor: el Doctor Tangalanga. Mientras que Jorge tiene dificultades para relacionarse con mujeres, para hablar en público en su trabajo y tartamudea al punto de no poder expresarse su amigo Sixto lo ayuda, apoya y cubre en el trabajo.

Pero un día Sixto tiene que internarse por un problema de salud y su fiel amigo Jorge lo visita para darle ánimos. Es allí, en el hospital donde a Jorge se le ocurre llevarle una grabación de una broma telefónica que le hizo a un veterinario para levantarle el animo a Sixto. Así es como nace el personaje del Doctor Tangalanga, en la ficción y según los allegados al creador del personaje es así como nació el bromista telefónico.

La película es una comedia con estética del comic, en donde suelen encontrarse un héroe, una enamorada y un villano. El villano de “El Método Tangalanga” es el dueño de la clínica donde se interna Sixto, quien tiene un amorío con la recepcionista Clara. Tanto el guión como la dirección de Bendensy, se apoyan en recursos narrativos muy eficaces del cine estadounidense. La dirección de arte a cargo de Ana Cambre ambienta la historia en una Buenos Aires de la década del 60, se desataca por sus detalles, composición plástica y haber interpretado la visión para la puesta en escena del guión.

La película cuenta la historia de superación de un padecimiento, representado en los conflictos para socializar que padece Jorge. Esta superación es virtuosa porque tiene como propósito ayudar a un amigo internado. Si el personaje de Jorge padeciera los mismos conflictos hoy en día, probablemente estaría patologizado con algún trastorno mental.

Mateo Bendensky como guionista no se propone reflexionar sobre el sentido del humor, los límites en la libertad de expresión, o las diferencias entre broma y chiste. Se limita a contar una historia de superación personal. El humor del Dr. Tangalanga fue disruptivo para su época y sus bromas grabadas en casettes que pasaban de mano en mano se consideran como uno de los primeros fenómenos de viralización en la cultura popular. La película apela el humor y la emoción, con una historia sencilla, entretenida y divertida a la cual vale la pena dedicarle una tarde de Domingo.


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