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Argentina

Bitácoras del Abuelo

La habitación

Abuelo: En este instante me encuentro, en esta habitación que da frente a una ventana con cortinas amarillas, moño rojo y vista apacible, ¿solo veo el pasado? ¿Es así?

Entonces esto que observo no es real, en mi cabeza hay sucesión de pensamientos entrecruzados con figuras imaginarias que inventan mis pupilas y me distraen del presente. No puedo observar con objetividad ni recordar

Significante – significado, nociones lingüísticas que nos sirven para traducir el mundo y ahogar un poco la angustia que genera el no saber.

A todo le estamos buscando una razón, y esa razón es solo el pasado. Proyecto pasado a este momento. ¿Como es eso? Esta Demencia ha liberado zonas de mi cerebro, pero ¿cómo sé que estoy enfermo?

Solo veo el pasado es la razón por la que nada tiene significado. Repito como si estuviera aprendiendo un trabalenguas. Cuando era niño en la salita de cuatro había una maestra que nos hacía repetir frases trabadas, entremezcladas y ese era mi momento favorito. Lo que me reía, hace mucho que no río. Algo se trabó, me quedé estancado no sé bien donde y todavía estoy ahí, sin rumbo

Mi mente se detuvo en aquel tiempo de bombardeos, luces de colores desplegándose por el cielo azul y convirtiéndose en armas de fuego letales, persecuciones masoquistas con fines criminales sin causas que justificaran tal efecto. Quedé ahí encarcelado, en ese laberinto emocional que me juega una trampa cada vez que quiero buscar la salida, ¿y si no hay salida por ahí? atrapado en esa angustiosa idea de querer cambiar lo externo, de transformar algo de la realidad en la que vivimos. Pero entonces ahora me doy cuenta que eso es imposible porque solo somos seres que vamos proyectando pasado sin significado, entonces perdí el tiempo porque con lo externo nada se puede hacer

Escenas de hambre, injusticias, abuso, dolor. ¿Qué significado tienen?  Entonces qué nos junta cuando dos o más personas queremos cambiar eso que vemos, ¿vemos lo mismo?

Nunca estas disgustado por la razón que crees, me dijo una vez un compañero militante en plena campaña de apertura al gobierno de Perón, lo miré como quien se acerca al precipicio y siente por todo el cuerpo ese escalofrío que genera la complejidad de lo que somos.

Seguimos cantando, era la primera vez que sentía la esperanza recorrer en cada rostro de los que estábamos ahí presentes. Un hombre de aspecto morrudo, ideas claras parado ahí en frente de todos. Hablando de inclusión de clase y justicia social. Desde el fondo se escucha un grito al son de rima “Perón, Perón el gobierno del peón”

Peón según el diccionario de la real academia española significa “obrero que trabaja en cosas materiales que no requieren habilidad” En argentino, “los descamisados, los desclasados” que casualidad Perón- peón, al segundo solo le falta la R que es la que trae Juan domingo, R de revolución. Hasta el lenguaje lo acompaña, señales que marcan un camino de no retorno y profunda rebelión del pueblo

Quizás me pierdo afuera para negar lo interno ¿y qué coño es eso?  Ahora que solo vivo de recuerdos, imágenes del pasado que solo tienen significado para mí, se preguntarán qué sucede que me aferro en forma obsesiva al lenguaje, a lo discursivo solo eso me tranquiliza porque una persona sana también solo ve el pasado

¿Qué es el tiempo? Algo lineal que nos marca pasado- presente – futuro, pero en este momento de mi vida no puede comprenderlo, no sé ubicarme, no sé. Veo algo que no está ahí, en este momento, me dicen mis doctores que es sólo pasado, pero cómo puede ser yo lo estoy viendo ahora, para mi es tan real como este sufrimiento que siento en este preciso momento, este limbo, esta nada que por momentos reflota y puedo conectar con lo que alguna vez fui

Me doy cuenta que no estoy bien, me pierdo, mi mente cada vez recuerda menos, solo veo el pasado.

Si yo ya no estoy, estoy vacío. Mi existencia transformada en yo quedó desplomada en retazos de fotografías y voces que no pueden reconstruir ni un relato, pero si soy perdedor, deprimido, demente entonces no estoy vacío

Da angustia no saber, pero aún peor es vivir en un laberinto, no encuentro la salida, voy de aquí para allá, no recuerdo nada, pero por momentos me doy cuenta que no recuerdo nada, digo vacío y supe que nos traicionaron, entonces, qué sucede.

La mente es tan contradictoria como la vida misma, encarcelada en dualidades, pretendiendo que encajemos en una o en otra y cuando uno pierde eso, la confusión entre en juego porque no se sostiene algo que no es real.

¿Qué queda de nosotros si perdemos la memoria y ya no nos reconocemos en lo que éramos antes? ¿Elegiríamos las mismas cosas?

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