En este poema Gabriel Hereñú se cuestiona sobre como acceder a la potencia transformadora de la resiliencia.
Nose
Como se hace para vivir el buen vivir,
Que es la prosperidad del sentir,
Recibir eso que implica el amor y darlo,
Si solo aprendí el dolor, la escases, la ausencia,
Lo precario del existir,
Lo poco siempre fue lo normal que recibí,
Yo creía que era lo que merecía,
Sin saber que el mérito no existe,
Es un invento de los que heredaron,
Sin tan solo hacer el mínimo esfuerzo para recibir,
Pero convencen a los otros que no les corresponde,
Nose
Como hacer para disfrutar,
Si solo he aprendido lo que frustra,
Lo que te hace sentir que sos un fracaso,
Todo intento es caer, sin poder pararse y crecer,
Hasta los huesos me lo enseñan,
Si algo se rompe no vuelve a ser igual,
Nose
El tiempo es una convención que aburre,
Dicen que todo lo cura,
Es tan falso eso, como otras creencias,
Lo que cura es la voluntad de hacerlo,
Pueden pasar generaciones con la misma herida,
Hasta que una oveja negra decide hacer del tormento un elixir,
Cicatrizarla, es por sabio, por rebelde, no por jodido,
no es para todos la vota de potro,
No todos pueden jinetear el dolor, domesticarlo,
Nose
Ya nose que es lo correcto o no,
Si creo que la podredumbre es energía,
Cuando el que cultiva la usa para florecer,
Pero no siempre nos damos cuenta,
Renegamos del daño,
En vez de usarlo como potencia,
Porque la victimización se instala,
Y la vulnerabilidad tiene mala prensa,
Nose
Tal vez hay que agacharse
Para dar el impulso,
No es que los que se arrastran no puedan,
Sino que es desde alli que se puede saltar,
La posibilidad esta, es una oportunidad,
Si te das cuenta, sino solo es quedarse alli,
Con una vida de sobrevivencia nada más.
Psicólogo social. Psicoterapeuta existencial. Especialista en terapia de crisis.