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“El Eternauta” exitoso

En medio del furor por la exitosa serie de Netflix, aquí una mirada crítica sobre la producción audiovisual que nos invita a reflexionar sobre los consumos en la industria audiovisual.

La primera temporada de El Eternauta es una serie que combina ciencia ficción y suspenso, con algunos cambios de registros narrativos que explican demasiado rápido quienes son los enemigos, en relación a la densidad con la cual se va contando la historia a través de imágenes de una Buenos Aires destruida por una nieve mortal. Las intrigas de la serie se resuelven muy rápido en relación a cómo se muestra la muerte y cómo se introducen las causas de la devastación. Hacia el último capítulo de la primera temporada hay un cambio de registro visual, que da un giro hacia lo fantástico en las imágenes que desentona con el clima de suspenso que logra la serie.

La serie tiene algunos problemas en cuanto a que hay conflictos que son poco creíbles en relación al verosímil que construye, como por ejemplo la racionalidad con la que el personaje de Juan Salvo y su ex-esposa reaccionan a la posible muerte de su hija y el objetivo de encontrarla con vida. Otra situación es en la primera escena del capítulo 1 en la cual tres adolescentes toman alcohol en un velero también tiene diálogos forzados que hacen poco creíble que se hayan robado un velero para salir a pasear en altamar. Los giros que va tomando la trama suceden demasiado rápido en relación al ritmo audiovisual que la serie propone, como por ejemplo la repentina alienación de uno de los amigos de Juan Salvo que lo lleva a tomar una decisión fatal.

Los problemas que tiene la serie no parecen ser responsabilidad de la dirección ni de los excelentes actores que integran el reparto. Todos han mostrado su talento artístico en series para televisión y películas de todo tipo. Bruno Stagnaro demostró su poética magistral de dirigir actores en Okupas (también está en Netflix) donde los protagonistas son un grupo de amigos como en el primer capítulo de El Eternauta. La maestría de Stagnaro en Okupas, consistió en que dejaba a los actores improvisar libremente para luego darle vida a actuación fluidas en la etapa de montaje y edición.

El Eternauta es una serie que comparte el estilo de ciencia ficción post-apocalíptica con otras series de Netflix como Stranger Things, The Walking Dead, The Last of Us, Alice in Borderland o La Niebla. Debido al éxito que ha tenido en Argentina, podría pensarse que como una serie competitiva para el mercado de Netflix en Latinoamérica, sobre todo considerando las apuestas que viene haciendo la plataforma estadounidense en contar ficciones locales como 100 años de Soledad y Pedro Páramo. Es divertido y entretenido ver los paisajes de la ciudad donde uno vive, aquello que nos resulta familiar proyectado como un escenario apocalíptico. Es el entretenimiento que ofrece Netflix, aquel que nos brinda la experiencia de los parques de diversiones.

La primera temporada de El Eternauta, transmite un mensaje anti-psicótico porque en el desarrollo de la trama asocia a la locura con la alienación, el enemigo, la destrucción y el peligro. Juan Salvo, en la serie web es un ex-combatiente de la guerra de Malvinas, que usa drogas psiquiátricas para tratar su estrés postraumático y luchar contra las alucinaciones. Pero siguiendo el guión de la historia, es su amigo Favalli quien lo apoya en su relación con lo viejo, el pasado y la historia. Habrá que esperar con paciencia qué rumbo le da la producción a la segunda temporada de El Eternauta.

K&S es la productora responsable del éxito comercial de Netflix. Es una de las productoras del grupo Insud, conglomerado multinacional propiedad de psiquiatra Hugo Sigman y la bioquímica Silvia Gold. Por eso el nombre del empresario aparece en los créditos en el rol de productor. El grupo Insud que opera en diversas áreas, incluyendo la industria farmacéutica, los agronegocios y las industrias culturales realizó una donación millonaria para la campaña política del partido “La Libertad Avanza” del presidente argentino Javier Milei. Las producciones audiovisuales de K&S tienen como denominador común en representar a la locura como todo lo malo y a la discapacidad con condescendencia y lastima.

A modo de recomendación final si querés ver la serie, es una oportunidad para juntarse con un amigo o amiga a tomar unas cervezas y comer pochoclos, que ya tenga suscripción a la plataforma multinacional antes de hacerte cliente de Netflix pagando la suscripción mensual.


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