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Manicomio al aire libre

“Campamento infernal: Pesadilla adolescente” una película documental que muestra las consecuencias de las terapias de reconversión de Stephen Cartisano

La cineasta Liza Williams estrenó en Netflix un documental sobre las terapias de reconversión en campamentos en la naturaleza organizados por el ex-militar Stephen Cartisano en Estados Unidos y otros países de América. La película recrea los campamentos de verano a partir de videos, entrevistas televisivas, publicidades, testimonios de victimas, de una hija y la esposa del propio Stephen Cartisano.

En solo 90 minutos la película muestra todo tipo de practicas aberrantes justificadas como terapias en la naturaleza. Lo más sorprendente que tiene el documental son los discursos que legitiman la violencia, el crimen, el abuso sexual, las torturas, los tratos crueles y degradantes por parte de Stephen Cartisano y el personal que tenía a cargo. Durante más de 15 años se realizaron estos campamentos de verano que dieron impulso a otras terapias de reconversión que tomaron la idea de Cartisano como un modelo a seguir. Todo esto sucedió y sucede bajo la justificación de la economía estadounidense de libre mercado que siempre garantiza un estado que no interviene en la dinámica que se da entre la oferta y la demanda de servicios de recreación, deporte y salud.

El primer minuto de la película comienza con un testimonio de la afamada emprendedora Paris Hilton contando que fue víctima de una terapia reconversión en el centro de tratamiento psiquiátrico para jóvenes “Provo Canyon School”, ubicado en Utah como los primeros campamentos de verano organizados por Stpehen Cartisano. Se desvía la atención hacia Paris Hilton, pero rápidamente el documental vuelve a la historia central. Ese minuto funciona a modo de ubicar al espectador en tiempo y espacio.

El documental muestra una triple crisis de la sociedad estadounidense tanto en la educación, en la seguridad como en la salud mental. Los relatos de las víctimas del depredador emocional Stpehen Cartisano son tan desgarradores que nos permiten sacar nuestras propias conclusiones como espectadores sin la necesidad de que sociólogos, psicólogos o médicos expliquen lo que estamos viendo. Los adolescentes no acudían por propia voluntad a los campamentos en la naturaleza organizados por Cartisano, sino que eran llevados en contra de su voluntad por el personal a cargo de la terapia de reconversión. Los padres renunciaban a sus derechos durante 63 días, pagaban por el servicio y el personal secuestraba a sus hijos para llevarlos al campamento en la naturaleza. El campamento en la naturaleza, funciona como un dispositivo que requiere de una internación involuntaria, que es el eufemismo que se usa en la salud mental para describir un secuestro.

La seguridad de miles de jóvenes en estados unidos continúa en peligro debido a que este tipo de terapias de reconversión siguen existiendo porque se han constituido como una industria del trauma, según como lo presenta el propio documental. La justificación que daba Cartisano sobre su negocio era a través de un fin noble. Los padres y madres confiesan que ya no sabían que hacer para el bienestar de sus hijos. Los clientes eran familias de jóvenes rebeldes, problemáticos o simplemente desobedientes. La rebeldía, los problemas y la desobediencia es algo natural en la adolescencia como búsqueda y construcción de la propia identidad, por lo cual los potenciales clientes eran muchos siempre y cuando pudieran pagar lo que el servicio costaba, miles de dólares. El ex-militar vendía una experiencia transformadora que convertiría a los menores de edad en “ciudadanos de bien”. Prometía que el contacto con la naturaleza enseñaría a los jóvenes a hacerse responsables de sus actos.

Como los manicomios actuales en la industria del trauma, los campamentos en la naturaleza de Cartisano prometían transformar a una persona trastornada en una persona sana. Con esta simple premisa, las sociedades actuales justifican el crimen, la tortura y el secuestro de menores de edad en Estados Unidos. El documental es bueno pero valga la advertencia: puede alterar la sensibilidad de personas que sobrevivieron a la industria del trauma o a internaciones involuntarias. Mirarlo en compañía de algún ser querido, puede resultar una experiencia reparadora.

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