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“27 Noches” para una revancha.

La película protagonizada magistralmente por Marilú Marini, encuentra en la actuación y dirección de Daniel Hendler, el tono justo para una comedia dramática sobre las perversas y corruptas relaciones entre el sistema judicial y el de salud mental.

“A pesar de despreciar a mis hijas,

no puedo dejar de querer a mi familia.”

Natalia Kohen.

La comedia dramática “27 Noches”, tercer largometraje dirigido por Daniel Hendler, está basada en la novela “27 Noches” (2021), escrita por Natalia Zito quien a su vez se inspiró en el documental “Yo, Natalia” (2009), de Guillermina Pico sobre la historia de la artista Natalia Kohen, quien tuvo que atravesar un litigio contra sus propias hijas para que se le retirasen el diagnostico de demencia.

La película gira en torno a Martha Hoffman (Marilú Marini), una artista de mas de 80 años, excéntrica, millonaria, con un pasado bohemio y amante de la vida libre que recuperó tras enviudar. Inesperadamente, Martha es internada en una clínica psiquiátrica por sus dos hijas, que alegan una supuesta demencia, poniendo en riesgo la herencia familiar.

La hijas deciden comenzar un juicio por insania y es convocado el perito psiquiatra Leandro Casares (Daniel Hendler), un hombre tímido, humilde e imparcial. La misión de Casares es investigar y determinar si la internación es legítima por motivos de salud mental o si se trata de un intento deliberado e inescrupuloso de las hijas por controlar la fortuna de su madre en vida.

La historia real de Natalia Kohen, es la historia de miles de personas que han sido desposeídas en la tercera edad de sus bienes. Pero la diferencia es que Kohen tuvo los recursos económicos para defenderse en la justicia de sus propias hijas. Su caso, como en la película finalmente concluyó con una negociación en la cual accedió a un curador de sus bienes. No todas estas historias logran salir a la luz del debate público como fue el caso de la familia Kohen, porque alrededor del discurso de las personas neurodivergentes independientemente su clase social y condición, se despliega un halo de desconfianza y dudas luego de recibir un diagnostico psiquiátrico y un tratamiento involuntario.

Daniel Hendler, tiene un talento natural para para la comedia, logrando muy buenas escenas cómicas casi en tono de sátira sobre el sistema de salud mental y judicial en el que se encuentra el personaje del perito psiquiatra que interpreta. El rasgo central en el que se enfoca el guion sobre el perito psiquiatra, es sobre su imparcialidad que contrasta con todo un sistema medico y judicial tomado por la más obscena de las corrupciones. La película representa un cuestionamiento ético sobre los fundamentos de la psiquiatría, mostrando la cruda realidad de un sistema de salud mental hundido en la indiferencia, la miseria y la soberbia.

La película caracteriza al sistema de salud mental y a la justicia, como un laberinto del cual es imposible salir sin negociar o hacer concesiones. Se destaca como la película construye la injusticia en los pasillos de los tribunales, como en los pasillos del loquero donde secuestran a Martha Hoffman. Por momentos la dupla protagónica de Marilú Marini y Daniel Hendler, recuerdan la inolvidable dupla de “Hombre mirando al sudeste” entre Hugo Soto y Lorenzo Quinteros. Cuarenta años y una ley especifica sobre salud mental han pasado entre una película y otra. Pero las historias sobre la injusticia mental en nuestro país aun reclaman ser contadas.

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