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“¡Ojalá me toleraran un poco de locura!” Jesús Marín

En esta carta de lectores, Jesús del Pino Marín, lector de la revista, se dedica a reflexionar críticamente sobre la psiquiatría, la moral y la salud mental desde una perspectiva espiritual y cristiana.

Muy estimados Sres./Sras.

Es un gusto poder dirigirme a ustedes en primer lugar, para felicitarles y agradecerles vuestra labor social a favor de las personas que vivimos entre cadenas químicas y otras puertas que este mundo nos cierra por su falta de comprensión hacia nosotros.

Teniendo en cuenta que la actividad por parte de Mad in S(pain) ha debido de cesar por algún motivo que en este momento desconozco, me dirijo a ustedes para ofrecerles mi testimonio y otros aportes críticos abordados desde diversos flancos de la realidad. Según mi criterio en este testimonio creo que no hago un énfasis rigurosamente explicito que critique la práctica psiquiátrica, sin embargo, me permite compartir los hechos en mi vida que me han conducido a la locura, lo cual por esta razón me ha hecho entrar en el circulo vicioso de la psiquiatría. Considero que el testimonio que les ofrezco para que lo puedan compartir con vuestros lectores podría ser valioso porque no solamente ofrece una perspectiva crítica hacia este colectivo ⸺lo cual en parte resulta ser algo fácil⸺, sino que la crítica comienza desde mi propia persona. No he tenido la ocasión de leer todos los testimonios que tienen disponibles en vuestro espacio digital, aunque muy posiblemente haya muy pocas personas que estén dispuestas a desnudar su alma tal como he llegado hacerlo en mi caso de forma personal.

Desde hace tiempo me dedico como ustedes hacer una crítica a esta ciencia en particular, aunque desde una perspectiva espiritual lo cual creo que puede resultar ser algo un tanto singular. Desde que tuve mi primer ingreso en el año 2004 he sido muy crítico hacía el concepto de la “enfermedad mental” y aunque cada vez me desmarco más de esta concepción del sufrimiento psíquico y moral no puedo ignorar que de muchas maneras estamos sujetos a nuestras alteraciones psíquicas o desórdenes mentales cuando vivimos exiliados de las virtudes. Es por ello por lo que mi testimonio creo que puede ayudar a encontrar un haz de esperanza a muchos, ya que por desgracia hay muy pocas personas que tengan disposición a ser transparentes para permitir dejar entrever lo que de verdad hay en sus corazones.

Humildemente considero que el testimonio que en este caso les ofrezco tiene un extraordinario valor, aunque también es comprensible que por otro lado podría resultar ser objeto de oposición por parte de ciertas personas que normalmente les resulta fácil hacer una crítica a los demás, porque en este caso puede poner en cuestión la vida de aquellas personas que tienen una visión más materialista de la vida. Quizá debo de aprovechar este momento para comunicarles que de la misma manera que en mi testimonio comienzo haciéndome una autocrítica, al mismo tiempo especialmente desde mi propio espacio digital aprovecho también para hacer una crítica a la Iglesia Católica. Reconozco personalmente que esta institución divina y humana tiene parte de responsabilidad ante la presente confusión en este campo del conocimiento, pues si nosotros fuésemos en verdad esa luz en medio del mundo que Jesucristo nos pide ser, podríamos disipar esa tiniebla de la ignorancia que tanto daño y perjuicio nos ha ocasionado también a nosotros. Es más, la responsabilidad no es solamente de la jerarquía eclesiástica, sino más bien casi de forma general, ya que los cristianos han llegado a olvidar su verdadera esencia, pues la locura no solamente forma parte de nuestra identidad, sino que en verdad aquellos que renuncian a experimentarla por complejo o vergüenza tampoco pueden llegar a ser auténticos en la práctica de su fe.

Desde mi plataforma de evangelización en línea podrán comprobar que se pretende en parte hacer un ejercicio apologético de la locura y también se pretende unificar todos aquellos saberes que en este sentido contribuyen a una sociedad más justa. Por esta razón este servidor que se dirige a ustedes, les ruega comprensión y apoyo, pues debido al ejercicio de mi libertad interior soy plenamente consciente de lo molesto que resulto ser especialmente para aquellas personas que ocultan sus vergüenzas en la oscuridad, pues puedo decir con sinceridad que esta denuncia constante dirigida a mis seres queridos, conocidos, autoridades civiles y también eclesiásticas han sido siempre la causa y el origen de mis diversos ingresos psiquiátricos. Esto les debería de ubicar para evitar cualquier posible confusión, pues como un auténtico loco por la causa de Cristo soy también un signo de contradicción incluso para la propia Iglesia a la que pertenezco.

Cuando les digo que en mi caso soy también un signo de contradicción es porque gracias a Dios creo que sin apenas percibirlo me he convertido en otra bandera discutida, pues Cristo también presentó especialmente una fuerte oposición y crítica hacia los poderes de su tiempo, aunque siempre sirviéndose de medios pacíficos. Por mi parte la crítica que hago no se dirige a las personas que obran incorrectamente, sino al propio mal que induce esta manera de obrar. Para que puedan entenderme mejor, lo que quiero decirles es que no tengo nada en contra del pecador, pues esto es lo que yo también soy, sino que más bien estoy en contra del mal o del pecado. Habiendo dejado esto claro, quizá posiblemente puedan comprender ahora mejor cual es mi perspectiva de acción a favor del activismo loco y los derechos humanos. 

Si me concediesen la oportunidad de publicar mi testimonio en vuestra sede electrónica, me gustaría que pudiese tener el titular con el que comienzo mi relato en este caso desde la plataforma que ya les he indicado «¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme» (2 Co. 11,1).   Con esta solicitud de san Pablo dirigida a los corintios también les ruego que tengan tolerancia con mí locura, por lo que desde este momento tienen disponible un pequeño avance de este testimonio en la página web Nova Evangelizatio, y también pueden conocer mi testimonio con mayor detalle desde la página web “Nova Evangelizatio”. Considerando la hostilidad del mundo hacia los cristianos, reconozco ante ustedes mis debilidades y faltas y al mismo tiempo reconozco por mí mismo que sin Jesús no puedo hacer nada (Jn. 15,5), aunque con Él todos estamos llamados a ser sal, luz y fermento para la masa (Mt. 5,13-16), es decir, que somos llamados a ser agentes de cambio desde la raíz en todas las estructuras sociales. Finalmente quiero decirles que, si les motiva esta misma idea, posiblemente podamos tener un entendimiento mutuo.

Quedando a vuestra entera disposición para cualquier duda que les pueda surgir con respecto al motivo que ha causado este ofrecimiento y agradeciendo de antemano vuestra atención, se despide en esta ocasión atentamente esperando vuestra respuesta.

Jesús del Pino Marín


“Locura en Argentina” publica a un grupo muy diverso de personas que escriben. Estas publicaciones buscan promover en los comentarios un foro público para el debate de ideas sobre las artes, la cultura loca, la salud y la diversidad mental. Las opiniones expresadas en las publicaciones no son las de “Locura en Argentina”, sino las de sus autores. Entonces, ¡bienvenido el debate!

1 COMENTARIO

  1. Quiero compartir con ustedes , un poema para NESTOR KIRCHNER, en estos tiempos especiales que nos tocan vivir
    Cuya autria pertenece al poeta y rscritor HORACIO LUIS LABRAÑA. No me importa que digan el porqué… yo no lo acepto
    Hoy estarán de fiesta los mediocres, aquellos de posturas indignas, los buitres carroñeros deleznables…
    Mientras… el pueblo llora ese vacío inmenso que dejaste.
    Ellos están de fiesta, mezclan sus barajas cual tahúres expertos, buscado entre ellas la carta, que les permita destruir todo lo que lograste.
    Hoy estarán de fiesta los putos asesinos que encerraste.
    Pero el pueblo en su conciencia colectiva sabe lo mucho que le diste.
    La semilla plantada por tu mano, tendrá una historia larga cual tu cuerpo… y una sonrisa clara hacia el futuro, como era tu sonrisa contagiosa.
    Hoy estarán planeando su futuro los mediocres ajenos y los propios. De lo que estoy seguro, ellos no saben, que si no es hoy sucederá mañana, que será solo el pueblo, quien llenara el vacio que dejaste floreciendo explosivo en militancia.
    Flaco, te metiste en los pueblos, en las casas, en los hombres, mujeres y en los niños y no serás la historia de los libros porque sos el futuro. Y hoy estas en los que están naciendo y en los que no nacieron todavía.
    Y si no fuera cierto lo que escribo… no me importa que digan el porqué… yo no lo acepto Horacio Labraña

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